jueves, 19 de junio de 2014

Tamaño carnet


1. Por la mañana contemplaba la delicadeza con que un hombre llevaba un vaso de gaseosa amarilla. Le resguardaba con el mismo tacto con el que se cuida la flama de una vela misionera.  De pronto,  otro hombre tremendamente gordo pasó veloz dándole un panzazo al hombre del vaso, al instante el líquido soltó el cuerpecito y aleteó hasta la calzada donde permanece todo contracturado.

2. Un perro aguardaba su cita fuera del consultorio veterinario. Lo vi que volteaba a la derecha, a la izquierda, se apoyaba en la reja, levantaba una oreja y es probable que anduviera renegando por la hora. Entonces dieron las dos y un cuarto, se oyó un chasquido de llaves y le abrieron el paso: “Perdone, olvidé su cita”, alguien se excusaba. Entró  el perro al consultorio sin ofrecer una mirada de buenas tardes al médico.

3. Un hombre subió al micro vendiendo licor de sábila. “¿Eso qué cura?”, pregunté. “Las piernas”, me dijo. “Deme tres pomos”,  respondí. Hace rato que mis ideas cojean todas del mismo lado.

 

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