A veces, “Amazonas” me recuerda a una frutería
por la tarde; los vendedores hacen rumas de libros y todos juntos tienen un
precio. Como montoncitos de piña o fresas, colocan a uno seductor y suculento
por encima de otros cinco o seis que no te permiten ni ojearlos. Fue así como di con
este libro:
Aunque es breve (168 págs.) fue un excelente
gancho para aceptar llevarme a sus hermanastros:
1. El tomo de la letra “e” del
Diccionario Larousse que venía con algún diario en los noventas
2. Una revista
Teleguía
3. Una crónica acerca de Reagan en inglés técnico
4. Un libro que podría
estar en árabe
5. El manual de una máquina de coser “Singer”
6. Una mala
adaptación de “Marianela”* con gráficos
El cuentario aborda diversos temas; sin embargo, está chispeado de alguna cosa graciosa porque incluso el prólogo es una historia extraña y bella, tal vez por eso de que una mitad
está donde van todos los prefacios del mundo y la segunda mitad la encuentras
en el camino, como una moneda que echada a rodar detuvo su marcha en algún
lugar.
Me he tirado en mi cama a imaginar que el día que presentaron el libro citaron esta parte del cuento “Albino Huaranga”:
“Y una vez, caminando por allá, me di con
inmensos lotes de adobes. Serían cien mil, doscientos mil o un millón. No sé.
No lo supe nunca. Sólo sé que vi, pintado a cal, en cada uno de los lotes, un
inmenso aviso de prevención, una perentoria e inequívoca declaración de
propiedad en letras enormes y blanquísimas: ‘Soy
de Albino Huaranga’”, así, en singular, como para afirmar aún más el
derecho inapelable sobre estos innumerables adobes que se apilaban
cuidadosamente y que se multiplicaban con los días, en forma tal que parecían
ya invadir los contornos, las casas, las vecindades, las chozas. ‘Soy de Albino Huaranga’. Y me puse a
pensar quién sería en ciudadano que perturbaba así el horizonte afectuoso y
estrecho de los paseos…”
Ahora soy yo quien se pregunta cómo me dejé
tentar por este fruto endiablado puesto que no encuentro por ningún lado alguna
referencia sobre el ciudadano Gonzalo Bivanco u otros libros que haya publicado y mucho menos por la Editorial Nuevo
Mundo E.I.R.L., quienes han perturbado mi horizonte afectivo y la tranquila
senda por donde transitaba mi vida.
-Comuníquense
aquí por cualquier información acerca de este caso-
*Será motivo
de discusión en otro encuentro clandestino aquí, otro día pero a la misma hora,
de antemano los espero.
DATO: Otro
día caminando por el mismo campo ferial vi que en un puesto vendían este
ejemplar sozinho. Con suerte y lo consiguen.