jueves, 3 de julio de 2014

Nueve meses de pleonasmos

Finalmente, hemos vencido. Victoria ha ido a la clínica para que nazca el niño. Fue bastante incómodo convivir con ella y su más reciente sensibilidad. Hablo de ellos por separado porque nunca, durante estos años, le conocimos ese lado insufrible. Fue algo que llegó junto con su embarazo y esperamos que se esfume con el mismo, de lo contrario va a haber una seria disputa entre su verbo y el nuestro para que se le quite. Hasta hoy no lo hemos intentado porque la única vez que sucedió casi terminamos todos en la comisaría por irrespetuosos, por la insanía de recordarle a una embarazada que solo se puede subir para arriba y para ningún otro lado y así casi matamos a Victoria por deshidratación ocular. Claro que hubiésemos preferido que nos mandase a comprar helados por kilo o que quisiese tejer roponcitos hasta en el cine, pero se le antojaron los tartamudeos léxicos. Así que a todos nos tocó salir para afuera, volver a repetirle o escuchar la réplica exacta de su supuesta hipótesis. Pero basta ya. Fueron nueve meses que ajustamos para no contaminar al niño con nuestra maldad.
Tenemos aquí los regalos gratis para su recibimiento junto a una enorme pancarta:








 

2 comentarios:

  1. Ni tanto. Yo no sabía que había un posnatal que es algo así como un duelo feliz (ahora se vienen seis meses de oxímoron, ja).

    :)

    ResponderBorrar