martes, 22 de julio de 2014

El cuerpo de Benito

El 20 de julio se cumplieron 45 años de la llegada de los estadounidenses a la luna. Se habla de un triunfo por puesta de mano, ya que la presión de los soviéticos fue intensa. El capitán de la nave, Neil Armstrong, tenía que darle el visto bueno a la misión de la siguiente forma:





Aquí nacen muchas dudas, pues estando en las mismas condiciones los rusos jamás se apersonaron por esa intendencia. Mandaron sondas, robots, tomaron fotografías del lado oscuro, pero ellos se quedaron con los pies en la tierra. La contraparte regresó una vez más y listo: Hace 42 años que ninguna persona da un paseo lunar. Desde el año pasado se publicitan tours al satélite y algunas personas ya separaron sus asientos.  Si esto se llega a concretar se esclarecerían muchas dudas porque, en resumidas cuentas, se dice que el hombre no regresó a la luna porque nunca fue. 

Entre los sustentos que he leído, recuerdo la cuestionada huella lunar que tan bellamente apoya esta entrada. El peso promedio de un astronauta con todo sus pertrechos es de 184 kilos, algo así como 30 kilos en la luna y dado que esta no es de talco o de masa de pan, resultaría imposible lograr una impresión tan nítida. A beneficio de los incrédulos, se sabe que ese terruño está libre de erosiones, así que la pisada debe permanecer intacta por los siglos de los siglos. De lo contrario, igual permanecerá incólume de esta forma en la Tierra:





Nos volveremos a ver, porque siempre hay un regreso ♪...



So...supongo que los turistas que concreten su viaje podrán contarnos acerca de esto. 




Cambio y fuera, Houston.







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