No soy abstemia por convicción,
sino porque me cae pésimo el licor. No soporto un cuarto de vaso de nada. Me
llega todo por junto: Cuento chistes, me da por bailar, me pongo roja como un
tomate, me lleno de gases y luego me tiro a dormir donde sea como un perro
viejo. Todo en menos de media hora. Así
que, como fuere, es mejor para todos mi versión sobria. De cualquier modo, en
algún momento pierdo toda la vergüenza y yo solita me jaraneo.
Sin embargo
hay algo con lo que sí puedo
embriagarme hasta la aurora...
…y es con mi pata Héctor, cómo no.
Transiten con bien esta noche; mañana paso revista,
eh. =^.^=
No hay comentarios.:
Publicar un comentario