viernes, 30 de mayo de 2014

¿Conoces a Gonzalo Bivanco?

A veces, “Amazonas” me recuerda a una frutería por la tarde; los vendedores hacen rumas de libros y todos juntos tienen un precio. Como montoncitos de piña o fresas, colocan a uno seductor y suculento por encima de otros cinco o seis que no te permiten ni ojearlos. Fue así como di con este libro:


Aunque es breve (168 págs.) fue un excelente gancho para aceptar llevarme a sus hermanastros:
1. El tomo de la letra “e” del Diccionario Larousse que venía con algún diario en los noventas
2. Una revista Teleguía
3. Una crónica acerca de Reagan en inglés técnico
4. Un libro que podría estar en árabe
5. El manual de una máquina de coser “Singer”
6. Una mala adaptación de “Marianela”* con gráficos

El cuentario aborda diversos temas; sin embargo, está chispeado de alguna cosa graciosa porque incluso el prólogo es una historia extraña y bella, tal vez por eso de que una mitad está donde van todos los prefacios del mundo y la segunda mitad la encuentras en el camino, como una moneda que echada a rodar detuvo su marcha en algún lugar.

Me he tirado en mi cama a imaginar que el día que presentaron el libro citaron esta parte del cuento “Albino Huaranga”:

“Y una vez, caminando por allá, me di con inmensos lotes de adobes. Serían cien mil, doscientos mil o un millón. No sé. No lo supe nunca. Sólo sé que vi, pintado a cal, en cada uno de los lotes, un inmenso aviso de prevención, una perentoria e inequívoca declaración de propiedad en letras enormes y blanquísimas: ‘Soy de Albino Huaranga’”, así, en singular, como para afirmar aún más el derecho inapelable sobre estos innumerables adobes que se apilaban cuidadosamente y que se multiplicaban con los días, en forma tal que parecían ya invadir los contornos, las casas, las vecindades, las chozas. ‘Soy de Albino Huaranga’. Y me puse a pensar quién sería en ciudadano que perturbaba así el horizonte afectuoso y estrecho de los paseos…”

Ahora soy yo quien se pregunta cómo me dejé tentar por este fruto endiablado puesto que no encuentro por ningún lado alguna referencia sobre el ciudadano Gonzalo Bivanco u otros libros que haya publicado y mucho menos por la Editorial Nuevo Mundo E.I.R.L., quienes han perturbado mi horizonte afectivo y la tranquila senda por donde transitaba mi vida.
 



-Comuníquense aquí por cualquier información acerca de este caso-

*Será motivo de discusión en otro encuentro clandestino aquí, otro día pero a la misma hora, de antemano los espero.
DATO: Otro día caminando por el mismo campo ferial vi que en un puesto vendían este ejemplar sozinho. Con suerte y lo consiguen.
 

6 comentarios:

  1. Hola, recuerdo que mi neurólogo me prestó ese libro y que me cautivó el estilo, la simplicidad y a la vez la forma de entretejer una frase con otra. Incluso traduje al francés "Estética" para una amiga de lo bueno que estaba. Yo tampoco he encontrado ninguna referencia del autor. A propósito, en una historia (creo que es la de la casa abandonada donde entraban para limpiar de vez en cuando) me vino una hoja totalmente en blanco, a tí también? Saludos.

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  2. Hola, soy Giovanna. La dueña de esta cuenta, pero no recuerdo la clave. xD
    Te cuento que todas mis hojas están completas. Tal vez la hoja en blanco de la que me hablas no sea necesaria. En todo caso, como las páginas están enumeradas me dices cuál es la que te falta y te la puedo enviar escaneada a algún correo.

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    1. Hola Giovanna, gracias por responder! Pues la página que me falta es la 124 y yo creo que sí es necesaria :P
      Te agradecería que me la enviaras escaneada, en mi perfil está mi correo, ya de paso le das una leída a mi humilde blog, jaja. Saludos y gracias.

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  3. Hola, revisa tu bandeja de spam; te mandé la página escaneada hace un tiempo. También pasé por tu blog, pero no me permitió dejar comentarios. Soy la última no-deseada, ja ja ja.

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    1. Hola! Gracias! Sorry por la demora (esto de ser asalariado es terrible quita-tiempo), te estoy muy agradecido.
      ¿No te permitió dejar mensajes? Déjame ver eso, siempre es bueno recibir 'feedback'.
      Gracias de nuevo y hasta la próxima!

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  4. Recuerdo que me llamó la atención el diseño del libro, lo hojeé y decidí comprarlo. Fue en un pequeño puesto de libros de segunda mano en la avenida Wilson. Iba de vez en cuando porque la chica que vendía, junto a su madre y su hermano supongo, me gustaba; tenía unos veintitantos años. Compre otros libros, junto con ese, y lo puse en el estante de mi cuarto. Paso mucho tiempo hasta que lo tome para leerlo y me agradó. Lo curioso es que en la página en blanco, detrás de la pasta, leí una dedicatoria escrita con tinta azul y dice:

    Para Fernando Guillén
    Fraternalmente
    Gonzalo Bivanco
    Viena 6 de julio - 94

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